martes, 3 de diciembre de 2013

Los Quijotes de la educomunicación, una propuesta transformadora para la educación virtual




 


 

“ Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho,  los obstáculos más grandes del camino, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos, la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que esté…” ( Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes)

               

 

 

  LOS INICIOS DEL EFECTO QUIJOTESCO

 Quise aprovechar el espacio para recordar a uno de mis mentores en el campo de la investigación,  a quien una revista internacional lo etiquetó como uno de los “Quijotes de la Comunicación” por su labor en proyectos de la comunicación desde una perspectiva de cambio social en algunos países de América Latina. Es gracias a su visión y compromiso, entre otros  beneficios obtenidos de la  cooperación española, mexicana y organizacional de mi país,  que soy de las pocas afortunadas  en acceder a oportunidades de desarrollo  profesional por medio de las TIC. De esta manera, me he perfilado como estudiante, tutora y gestora de entornos virtuales, aspecto que me ha permitido modificar paradigmas y aprender de forma continua en una cultura digital, desde una perspectiva personal hacia una colectiva.

Decidí ingresar a la maestría, con el objetivo de fortalecer con planteamientos teóricos y prácticos la elaboración de mi tesis doctoral, cuyo eje temático está enfocado a la educomunicación y el aprendizaje virtual. También veo esta oportunidad  para contribuir de alguna forma a mi sociedad,  o como dirían algunos;  soñar y  sentir que soy parte de ese grupo de profesionales interesados en abrir camino  y preparar a esos “Quijotes de la Educomunicación”. ¡Si! una versión salvadoreña, de un personaje que se enfrenta a gigantescos molinos de viento, aunque con un poco de idealismo y locura  está comprometido en la transformación de su realidad, hasta convertirse en un valiente caballero, que vive todo tipo de aventuras motivado por el rescate de su famosa Dulcinea.

En ese contexto encontré la especialización de Virtual Educa, la cual me brindó un panorama de buenas prácticas sobre los entornos virtuales de aprendizaje, y gracias a eso volví por más. Es así que este curso previo a la maestría, permite calentar motores y relacionar los resultados de mi investigación, a través  las experiencias de mis compañeros, tutora,  el material  multimedia compartido de forma colaborativa, y  la riqueza del diálogo establecido durante los foros: “Conectivismo, parentésis para pensar y repasando la especialización”.

ALGUNAS REFLEXIONES

Está claro que las tecnologías, en especial la red de internet y otros recursos como las computadoras portátiles, celulares, tablets, pantallas táctiles, software multifunción, entre otros,  han permitido ampliar y expandir el universo de opciones para el desarrollo educativo. De hecho, existen docentes y estudiantes, que con mucha facilidad se  adaptan a las demandas tan cambiantes de la Sociedad y el Conocimiento,  pero también existe una parte de esta población que aún muestra resistencia al cambio, y las brechas  en cuanto infraestructura, recursos, y competencias tecnológicas en los usuarios (entre docentes y estudiantes) son evidentes.

A esta situación se añade que existe la tendencia a subordinar los aspectos pedagógicos a lo tecnológico,  un error que persiste al querer innovar, ya que la tecnología ha sido visualizada como la panacea a los problemas contemporáneos de la educación,  e incluso es utilizada para repetir los patrones equivocados del sistema tradicional.

Esto nos invita a desarrollar un espíritu crítico a la hora de diseñar acciones formativas apoyadas  con la tecnología, y tener la precaución de no caer en extremos o distorsiones como   la tecnofobia, tecnofilia o el tecno estrés (referido al temor, afición y sensación abrumadora del uso de la tecnología)

Un primer paso para evitar  los vicios del mundo análogo, es ser conscientes de la importancia de someternos a  un proceso  de alfabetización digital (aprender a leer, escribir e intervenir frente a la diversidad mediática), para comprender las nuevas dinámicas a las que nos enfrentamos para interactuar,  comunicar, ejercer  ciudadanía y aprender en nuestras realidades.

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Otro paso importante, es reconocer que no basta ser experto en un área determinada del conocimiento o tener la habilidad de diseñar dispositivos multimedia para almacenar y compartir la información que hemos acumulado por décadas, sino que además, saber potenciar nuestros nexos, redes o comunidades de práctica para generar nuevos aprendizajes que nos permitan integrar las diversas mediaciones pedagógicas, comunicativas, culturales, y tecnológicas en la  era digital, tal como lo promueve el modelo Conectivista, de George Siemens

 

Para aquellos que trabajamos con entornos virtuales (LMS) sabemos que en su mayoría son  plataformas jerarquizadas, cerradas e incluso rígidas, por lo cual es importante que sepamos combinar herramientas y espacios de interacción, a través de redes sociales como parte de nuestra estrategia educativa. Así también es indispensable modificar nuestros roles de tal manera que nos volvamos facilitadores, en donde el aprendiz sea el centro del proceso,  desarrolle mayor autonomía y  amplíe sus espacios para adquirir y compartir conocimiento.

Ahora bien, ¿porqué una propuesta educomunicativa en el aprendizaje virtual? llevo algún tiempo investigando algunos proyectos de este tipo a nivel nacional e internacional, y parte de los obstáculos  para el  aprendizaje significativo en estos ambientes,  es que carecen de un sistema mediacional que oriente de forma clave y consistente la gestión  educativa, comunicativa, y tecnológica del entorno;   y en la educomunicación, encontré un campo interdisciplinario que vincula esos tres componentes,  cuya filosofía de intervención está basada en lograr: participación activa, diálogo y trabajo colaborativo

Estos tres componentes, son esenciales en dicha  modalidad, y  ponen en la mesa de discusión la necesidad de transformar sistemas educativos desde un enfoque interdisciplinario, que requiere del compromiso de profesionales capaces de adaptarse a los nuevos vientos de la era digital para apoyar así el rescate de nuestras "Dulcineas"... ¡Muchas gracias por leerme mis queridos  Sanchos Panza..!

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Perfil personal

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Soy una comunicadora educativa, redescubriendo su camino, eterna aprendiz de la vida, de los libros, de la era digital y de todo lo que Dios pone en mi camino...