“ Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho, los obstáculos más grandes del camino, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos, la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que esté…” ( Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes)
LOS INICIOS DEL EFECTO QUIJOTESCO
Quise
aprovechar el espacio para recordar a uno de mis mentores en el campo de la
investigación, a quien una revista
internacional lo etiquetó como uno de los “Quijotes
de la Comunicación” por su labor en proyectos de la comunicación desde una
perspectiva de cambio social en algunos países de América Latina. Es gracias a
su visión y compromiso, entre otros beneficios obtenidos de la cooperación española, mexicana y
organizacional de mi país, que soy de
las pocas afortunadas en acceder a
oportunidades de desarrollo profesional
por medio de las TIC. De esta manera, me he perfilado como estudiante, tutora y
gestora de entornos virtuales, aspecto que me ha permitido modificar paradigmas
y aprender de forma continua en una cultura digital, desde una perspectiva personal hacia una colectiva.
Decidí
ingresar a la maestría, con el objetivo de fortalecer con planteamientos
teóricos y prácticos la elaboración de mi tesis doctoral, cuyo eje temático
está enfocado a la educomunicación y el aprendizaje virtual. También veo esta
oportunidad para contribuir de alguna
forma a mi sociedad, o como dirían
algunos; soñar y sentir que soy parte de ese grupo de
profesionales interesados en abrir camino
y preparar a esos “Quijotes de la
Educomunicación”. ¡Si! una versión salvadoreña, de un personaje que se
enfrenta a gigantescos molinos de viento, aunque con un poco de idealismo y
locura está comprometido en la
transformación de su realidad, hasta convertirse en un valiente caballero, que
vive todo tipo de aventuras motivado por el rescate de su famosa Dulcinea.
En ese
contexto encontré la especialización de Virtual Educa, la cual me brindó un
panorama de buenas prácticas sobre los entornos virtuales de aprendizaje, y
gracias a eso volví por más. Es así que este curso previo a la maestría, permite
calentar motores y relacionar los resultados de mi investigación, a través las experiencias de mis compañeros, tutora, el material multimedia compartido de forma colaborativa, y
la riqueza del diálogo establecido
durante los foros: “Conectivismo, parentésis para pensar y repasando la
especialización”.
ALGUNAS REFLEXIONES
Está
claro que las tecnologías, en especial la red de internet y otros recursos como las computadoras portátiles, celulares,
tablets, pantallas táctiles, software multifunción, entre otros, han permitido ampliar y expandir el universo
de opciones para el desarrollo educativo. De hecho, existen docentes y estudiantes,
que con mucha facilidad se adaptan a las
demandas tan cambiantes de la Sociedad y el Conocimiento, pero también existe una parte de esta
población que aún muestra resistencia al cambio, y las brechas en cuanto infraestructura, recursos, y
competencias tecnológicas en los usuarios (entre docentes y estudiantes) son
evidentes.
A esta
situación se añade que existe la tendencia a subordinar los aspectos pedagógicos a lo tecnológico,
un error que persiste al querer innovar,
ya que la tecnología ha sido visualizada como la panacea a los problemas
contemporáneos de la educación, e
incluso es utilizada para repetir los patrones equivocados del sistema
tradicional.
Esto nos invita a desarrollar un espíritu
crítico a la hora de diseñar acciones formativas apoyadas con la tecnología, y tener la precaución de
no caer en extremos o distorsiones como la tecnofobia, tecnofilia o el tecno estrés
(referido al temor, afición y sensación abrumadora del uso de la
tecnología)
Un primer
paso para evitar los vicios del mundo
análogo, es ser conscientes de la importancia de someternos a un proceso
de alfabetización digital (aprender
a leer, escribir e intervenir frente a la diversidad mediática), para comprender
las nuevas dinámicas a las que nos enfrentamos para interactuar, comunicar, ejercer ciudadanía y aprender en nuestras realidades.
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Otro paso importante, es reconocer que no
basta ser experto en un área determinada del conocimiento o tener la habilidad
de diseñar dispositivos multimedia para almacenar y compartir la información
que hemos acumulado por décadas, sino que además, saber potenciar nuestros nexos, redes o comunidades
de práctica para generar nuevos aprendizajes que nos permitan integrar las
diversas mediaciones pedagógicas, comunicativas, culturales, y tecnológicas en
la era digital, tal como lo promueve el
modelo Conectivista, de George Siemens
Para
aquellos que trabajamos con entornos virtuales (LMS) sabemos que en su mayoría son
plataformas jerarquizadas, cerradas e
incluso rígidas, por lo cual es importante que sepamos combinar herramientas y
espacios de interacción, a través de redes sociales como parte de nuestra
estrategia educativa. Así también es indispensable modificar nuestros roles de
tal manera que nos volvamos facilitadores, en donde el aprendiz sea el centro
del proceso, desarrolle mayor autonomía
y amplíe sus espacios para adquirir y
compartir conocimiento.
Ahora
bien, ¿porqué una propuesta educomunicativa en el aprendizaje
virtual? llevo algún tiempo investigando algunos proyectos de este tipo a nivel
nacional e internacional, y parte de los obstáculos para el aprendizaje significativo en estos ambientes, es que carecen de un sistema mediacional que
oriente de forma clave y consistente la gestión educativa, comunicativa, y tecnológica del
entorno; y en la educomunicación, encontré un campo
interdisciplinario que vincula esos tres componentes, cuya filosofía de intervención está basada en
lograr: participación activa, diálogo y
trabajo colaborativo.
Estos
tres componentes, son esenciales en dicha modalidad, y ponen en la mesa de discusión la necesidad de
transformar sistemas educativos desde un enfoque interdisciplinario, que requiere del compromiso de profesionales capaces
de adaptarse a los nuevos vientos de la era digital para apoyar así el rescate de nuestras
"Dulcineas"... ¡Muchas gracias por leerme mis queridos Sanchos Panza..!
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